El mercado laboral de Estados Unidos ha redondeado otro año próspero para el empleo. La tasa de paro cerró 2023 en el 3,7 % y la economía generó 2.7M de puestos de trabajo en el conjunto del año. Con ello, en tres años —coincidiendo con la presidencia de Joe Biden— se han creado un total de 14.75M de empleos, una cifra récord lograda paralelamente a la recuperación de la pandemia, pero también gracias al vigor de la demanda y a los estímulos e incentivos fiscales que han atraído fuertes inversiones industriales.
Las solicitudes de desempleo siguen siendo benignas, tal vez incluso sugiriendo una mejora modesta, ya que el número de personas que actualmente reciben prestaciones por desempleo se estabiliza después de un aumento preocupante en la primera mitad de 2023. Y el informe de nóminas del viernes mostró que se crearon 216K puestos de trabajo en diciembre.
Pero también hubo algunas señales siniestras. La tasa a la que las empresas contrataron trabajadores, que ha tenido una tendencia a la baja hasta 2023, volvió a caer en noviembre. El total de horas que trabajaron los estadounidenses disminuyó entre noviembre y diciembre. Y el componente de empleo de una encuesta del sector servicios seguida de cerca fue sorprendentemente débil, alcanzando niveles que no hemos visto fuera de la pandemia y la crisis financiera.
“El mercado laboral sigue tenso, pero las condiciones de oferta y demanda continúan equilibrándose mejor”, decía el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en la última rueda de prensa del año pasado. “La fuerte creación de empleo ha ido acompañada de un aumento de la de la oferta de mano de obra. La tasa de actividad ha aumentado desde el año pasado, sobre todo en el grupo de 25 a 54 años, y la inmigración ha vuelto a los niveles anteriores a la pandemia”, añadía.
